✈️ 10 Coches Voladores
Los coches voladores son una de las innovaciones tecnológicas más esperadas y prometedoras del siglo XXI.
Se trata de vehículos que pueden despegar y aterrizar verticalmente, sin necesidad de una pista, y que ofrecen una alternativa de transporte más rápida, ecológica y segura que los coches tradicionales.
A continuación vamos a ver un vídeo que hace un recorrido sobre 10 de los mejores coches voladores del futuro.
El vídeo:
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10 Coches Voladores:
Pal-V Liberty:
Es un innovador vehículo que combina las características de un triciclo y un helicóptero.
Se trata del primer coche volador homologado para circular por las carreteras europeas, aunque todavía está pendiente de obtener la certificación para volar en el espacio aéreo del continente.
El Pal-V Liberty tiene un motor de combustión de 100 caballos para el modo terrestre y dos propulsores Rotax de 200 caballos para el modo aéreo.
Puede alcanzar una velocidad máxima de 180 kilómetros por hora en el aire y una autonomía de 500 kilómetros (más 30 minutos de reserva).
Su precio es de unos 500.000 euros y se necesita una licencia de piloto de helicóptero para poder conducirlo.
El Pal-V Liberty es un proyecto pionero que pretende revolucionar el transporte personal y ofrecer una nueva forma de movilidad.
Airbus Pop.Up:
Es un concepto de vehículo modular que puede circular por tierra o por aire de forma autónoma y eléctrica.
Se compone de una cápsula central para dos pasajeros que se puede acoplar a una base con ruedas o a un dron con hélices, según las necesidades de movilidad.
El objetivo es ofrecer una solución al problema del tráfico urbano y la contaminación, integrándose con otros medios de transporte públicos.
El Airbus Pop.Up fue presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra en 2017, en colaboración con la empresa italiana Italdesign.
Desde entonces, ha evolucionado en una segunda generación llamada Pop.Up Next, que mejora el diseño y la tecnología del prototipo original.
El Airbus Pop.Up es un proyecto ambicioso que busca hacer realidad el sueño del coche volador, pero todavía no se sabe cuándo estará disponible para su uso comercial.
Aeromobil 3.0:
Es un prototipo de vehículo híbrido que puede circular por carretera y volar por el aire.
Tiene un diseño aerodinámico con dos alas plegables que se guardan detrás de la cabina cuando no se usan.
Su motor es un Rotax 912 de 100 caballos de potencia que funciona con gasolina normal.
En carretera, tiene una autonomía de 500 kilómetros y una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora, mientras que en el aire puede cubrir hasta 692 kilómetros a una velocidad máxima de 200 kilómetros por hora.
Su consumo es de ocho litros por cada 100 kilómetros en tierra y de 15 litros por hora en vuelo .
El AeroMobil 3.0 mide 2,24 metros de ancho por seis de largo con las alas plegadas, lo que le permite aparcar en un espacio convencional.
Con las alas desplegadas, su envergadura es de 8,32 metros.
Su peso es de solo 450 kilos y puede despegar y aterrizar en diferentes tipos de terreno gracias a su suspensión adaptativa.
Además, incorpora un piloto automático y un sistema de paracaídas para mayor seguridad.
Aeromobil-4.0:
Es un coche volador que se puede transformar de automóvil a avión en menos de tres minutos.
Es el resultado de más de diez años de investigación y desarrollo por parte de una empresa eslovaca llamada Aeromobil.
Tiene dos plazas y un maletero con capacidad para dos maletas pequeñas. Su peso es de poco más de 700 kilos.
El coche volador está equipado con un motor híbrido de gasolina y electricidad, que entrega 300 caballos de potencia.
Puede alcanzar una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora en carretera y 260 kilómetros por hora en el aire.
Su autonomía es de 700 kilómetros por tierra y 750 kilómetros por cielo.
Para despegar y aterrizar necesita una pista de 400 y 300 metros respectivamente.
Cuenta con sistemas de seguridad como un paracaídas balístico para todo el vehículo, una estructura y una celda de ocupantes resistentes al impacto, y un piloto automático opcional que permite el vuelo autónomo.
El precio estimado es de unos 1,2 millones de euros.
Blackfly:
Es una aeronave eléctrica que puede despegar y aterrizar verticalmente sin necesidad de pista.
Es el resultado de una década de trabajo de la empresa canadiense Opener y su fundador Marcus Leng, un ingeniero mecánico que soñaba con liberar al mundo del tráfico.
El BlackFly tiene capacidad para una persona y puede volar hasta 40 kilómetros a una velocidad máxima de 99 kilómetros por hora.
Su diseño es elegante y aerodinámico, con dos alas pequeñas y ocho hélices giratorias.
Según el fabricante, es fácil de operar y no requiere licencia de piloto en Estados Unidos.
Además, es desmontable y se puede guardar en un pequeño tráiler.
El BlackFly podría empezar a venderse este año a un precio de unos 150.000 dólares.
Algunos expertos ven en el BlackFly el futuro del transporte personal, mientras que otros dudan de su viabilidad y seguridad.
Lo cierto es que es uno de los proyectos más ambiciosos e innovadores de Silicon Valley en el campo de los coches voladores.
Zapata Flyboard Air:
Es una tabla propulsada por cinco turbinas que le permiten volar a una velocidad de hasta 200 kilómetros por hora y una altitud de 3000 metros.
Es una invención del francés Franky Zapata, ex campeón del mundo de motos de agua, que ha demostrado su potencial en varios eventos y desafíos, como el desfile del 14 de julio de 2019 en París, la travesía del Canal de la Mancha el mismo año y las exhibiciones aéreas en competiciones de Fórmula 1 y Moto GP.
El Flyboard Air es un dispositivo que muestra las posibilidades de la «hipermovilidad» y que podría tener aplicaciones en el ámbito militar, de ocio o de seguridad. Sin embargo, su uso requiere un alto nivel de dominio y una excelente forma física, ya que se trata de una tarea extrema que implica riesgos.
El Flyboard Air tiene un sistema de estabilización avanzado y una redundancia de todos los sistemas críticos para garantizar la seguridad del vuelo en todas las condiciones.
Además, cuenta con un sistema electrónico independiente para cada motor, un sistema de combustible independiente, indicaciones de estado a través de una pantalla integrada en el casco y unas botas de fácil apertura.
Alauda Airspeeder Mk3:
Es un prototipo de vehículo eléctrico de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL) que tiene como objetivo competir en una serie de carreras aéreas llamada Airspeeder.
Según la empresa que lo desarrolla, Alauda Aeronautics, el Airspeeder Mk3 es capaz de alcanzar velocidades de hasta 200 kilómetros por hora y una altura de 500 metros, con una aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora en 2,8 segundos.
El coche tiene una estructura de fibra de carbono y ocho motores eléctricos que impulsan ocho hélices.
Su batería es extraíble y puede ser reemplazada en menos de 14 segundos durante las paradas en boxes.
El objetivo de Alauda Aeronautics es crear un nuevo deporte que combine la emoción del automovilismo con la innovación de la aviación.
La empresa afirma que el Airspeeder Mk3 tiene una agilidad similar a la de un coche de Fórmula 1 y una relación empuje-peso mayor que la de un caza F-15E.
Además, el coche volador tiene un sistema de seguridad que evita las colisiones entre los competidores y con el entorno.
Terrafugia TF-X:
Es un proyecto de coche volador que combina las ventajas de un vehículo eléctrico enchufable con las de una aeronave de despegue y aterrizaje vertical (VTOL).
Se trata de un coche de cuatro plazas que puede circular por carretera y transformarse en un avión en unos segundos, gracias a sus alas plegables y sus dos rotores eléctricos.
El TF-X puede volar de forma autónoma, siguiendo las indicaciones del usuario, que solo tiene que introducir el destino y confirmar el lugar de aterrizaje.
El coche volador tiene una velocidad máxima de 322 kilómetros por hora en el aire y una autonomía de 800 kilómetros.
El TF-X utiliza un motor híbrido de 300 caballos para impulsar las ruedas y recargar las baterías de los rotores, que tienen una potencia de más de 600 caballos cada uno.
Es un proyecto de la empresa estadounidense Terrafugia, fundada en 2006 por un grupo de ingenieros del MIT.
Terrafugia ya había diseñado el Transition, otro coche volador que necesitaba una pista para despegar y aterrizar.
El TF-X es una evolución más avanzada y práctica, que pretende revolucionar el futuro del transporte personal.
Aston Martin Volante:
Es un prototipo de coche volador que la marca británica presentó en 2018 como su visión del transporte aéreo de lujo.
Se trata de una aeronave híbrida y autónoma que puede despegar y aterrizar en vertical, evitando así los atascos y la contaminación de las ciudades.
Tiene capacidad para tres ocupantes y un diseño inspirado en los cazas de combate.
El proyecto cuenta con la colaboración de Rolls-Royce, Cranfield Aerospace Solutions y la Universidad de Cranfield, que aportan su experiencia en ingeniería aeroespacial, propulsión eléctrica y sistemas autónomos.
Aunque todavía no se han revelado sus prestaciones ni su precio, el Aston Martin Volante Vision Concept promete ser una solución de movilidad innovadora y exclusiva para el futuro.
Ehang 184:
Es un vehículo aéreo autónomo y eléctrico que puede transportar a una persona con un equipaje ligero durante unos 25 minutos o 50 kilómetros, a una velocidad máxima de 130 kilómetros por hora.
Se trata de un proyecto desarrollado por la empresa china EHang, que utiliza el mismo principio de los drones convencionales, pero a una escala mayor.
El Ehang 184 tiene cuatro brazos que sostienen dos hélices cada uno, lo que le permite despegar y aterrizar verticalmente.
El pasajero solo tiene que elegir el destino en una pantalla táctil y el vehículo se encarga de volar de forma autónoma, evitando obstáculos y zonas peligrosas.
El coche volador Ehang 184 ha realizado con éxito varias pruebas con personas a bordo en China y en Dubái, donde se espera que se ponga en funcionamiento como un servicio de taxi aéreo.
El precio del viaje rondaría los 600 euros.
Es uno de los proyectos más avanzados y prometedores en el campo de la movilidad aérea urbana, que busca ofrecer una alternativa al transporte terrestre congestionado y contaminante.
Los coches voladores aún no son una realidad comercial, pero hay muchas empresas que están trabajando en su desarrollo y que esperan lanzarlos al mercado en los próximos años.
Estas empresas han realizado pruebas exitosas con sus prototipos y han recibido inversiones millonarias para financiar sus proyectos.
Los coches voladores podrían tener múltiples beneficios para la sociedad, como reducir el tráfico, la contaminación y el tiempo de viaje, mejorar la movilidad y la accesibilidad, y crear nuevas oportunidades de negocio y empleo.
Sin embargo, también plantean importantes desafíos, como la regulación del espacio aéreo, la seguridad, el ruido, la privacidad y la aceptación social.